¡Llegó el día de lavar la ropa! Y aunque a veces puede parecer una tarea tediosa, tener la ropa limpia es fundamental para que tú y tu familia luzcan bien. Por eso, es importante aprender a lavar correctamente la ropa blanca, negra, oscura y de colores. Con estos consejos prácticos, podrás mantener tus camisas, pantalones, faldas, buzos y blusas en excelente estado.
Cuando se trata de ropa blanca, hay una regla de oro: la suciedad y los tintes la vuelven opaca. Por eso, lava la ropa blanca por separado, nunca con prendas oscuras o de colores vivos. Incluso la ropa de color claro o prendas viejas pueden soltar algo de tinte y manchar la ropa blanca o hacer que pierda su brillo.
Antes de ponerla en la lavadora, separa la ropa blanca muy sucia de la que solo tiene un uso. Así evitarás que las manchas o la mugre se transfieran de una prenda a otra.
Una vez organizada, agrega detergente con potenciador o añade blanqueador oxigenado, bórax o carbonato de sodio al dispensador. Lava la ropa blanca con el agua más caliente que la tela pueda soportar (revísalo en la etiqueta) para eliminar manchas y que la ropa quede bien blanca.
Así como con la blanca, es clave separar la ropa oscura de la clara y de los colores vivos. Si puedes, lava la ropa negra por separado para evitar que pierda intensidad o que se manche con otros tintes. Pero si no tienes suficiente para una carga completa, puedes unirla con otras prendas oscuras similares.
Después, organiza por tipo de tela, dale la vuelta a la ropa y asegura cremalleras, botones o broches para reducir el desgaste por fricción. Esto ayuda a evitar que la tela se rompa y la ropa negra se vea desteñida.
Para proteger los colores, usa detergente sin blanqueadores, el ciclo más corto posible y agua fría. El calor puede desvanecer los tonos oscuros, así que usa una temperatura baja en la secadora y saca la ropa tan pronto termine.
Lavar ropa de color es muy parecido a lavar ropa oscura, pero con más cuidado en la separación de colores.
Lo ideal es agrupar los colores similares: los tonos pastel por un lado, y los rojos, naranjas y amarillos separados de los verdes y azules. Si una prenda de color es nueva, lávala sola las primeras veces para evitar que el tinte se pase a otras prendas.
Como siempre, asegura cremalleras y botones, y dale la vuelta a la ropa antes de lavarla. Usa agua fría y el ciclo más corto posible según qué tan sucia esté la prenda.
Si una prenda suelta color y mancha otra, no la metas a la secadora, porque el calor fija la mancha. Lávala de inmediato por separado con agua fría hasta que el tinte se elimine por completo.
Antes de meter cualquier prenda en la lavadora, lee la etiqueta y separa lo que necesita lavado a mano o limpieza en seco. Si una prenda está muy manchada, trátala antes de lavarla y no la mezcles con el resto.
Para cuidar mejor tus prendas, lava juntas las telas de peso similar: por ejemplo, no mezcles jeans con camisetas ligeras.
Y no olvides: las toallas y las sábanas se deben lavar por separado, en un ciclo largo y con agua caliente, para garantizar una limpieza profunda.